21% del viaje hecho

Tal vez ahora es un buen momento de repasar estos últimos tres meses y compartir con ustedes un poco nuestra vida diaria en nuestro viaje. Cuando experimentas tanto y vives tantas cosas nuevas estás rápidamente estás llena de todas las experiencias e impresiones. Es por eso que nos acostamos temprano y dormimos mucho más que en casa. Nos estamos acostumbrando poco a poco al sentimiento de despertarse en una cama distinta cada mañana.

Los colchones muchas veces no son muy buenos y si tenemos nuestro baño privado es un lujo total. No hay mejor cosa que ropa recién lavada, nos encanta el agua caliente en las duchas y buen internet que es muy escaso para de vez en cuando poder ver una película si ya no tenemos ganas de salir.

Los dos no somos muy planificadores por lo que nuestro estilo de viaje coincide muy bien. Hasta dos días antes no sabemos donde vamos a dormir o como vamos a llegar al próximo lugar. La dirección es hacia el sur y todo el tiempo evaluamos que realmente queremos hacer y ver para también estar más tiempo en un lugar fijo. No hay cosa mas horrorosa que empacar y desempacar las mochilas, por lo que intentamos no hacerlo demasiadas veces.

A veces no vemos las atracciones turísticas de un lugar y preferimos pasar el día en cafés lindos leyendo o jugando a las cartas – esos días nos ayudan mucho a relajarnos. Leo trabaja un día a la semana y está mínimo 8 horas en su túnel de programar. No se da cuenta que tiene que comer algo, así que me ocupo de que tenga agua, café, comida…yo cocino (solemos reservar lugares con cocina), llevo la ropa a lavar y escribo aquí para ustedes. Es nuestro deal y nos está gustando. Aún así no hay vida cotidiana y el día al día es muy distinto estando de viaje. Claro que nos enojamos a veces, pero somos un súper equipo y la mayoría del tiempo estamos muy felices juntos (si no hay no hambre ni cansancio).

Principalmente voy yo de compra los días de trabajo de Leo o vamos juntos. Mientras tanto llevamos una bolsa con arroz, lentejas, aceites y algunas especias, porque son cosas que siempre se necesitan y no queremos tirar comida. Los supermercados siempre son una aventura y obviamente buscamos de manera intuitiva los ingredientes conocidos para cocinar: pasta con pesto, tortilla española, ensalada, frutas y leche (que en Colombia se vende casi exclusivamente en bolsas)… No siempre encontramos lo que buscamos e improvisamos nuestra comida, usamos crema en lugar de leche de coco y en lugar de pesto creamos unas salsas ricas de vegetales. Lo mejor es comprar frutas y vegetales en los mercados locales donde todos los productos son estacionales y de la región – no hay nada importado y todo es muy barato. Ahí también se aprende mucho sobre la cocina y la cultura del país.

Las sartenes en los hostales no suelen ser muy buenas y casi nunca hay especias aparte de sal, tuvimos que acostumbrarnos a eso. En cambio se pueden aprender muchas cosas de los otro huéspedes y locales que viven en el mismo hostal y hacen sus creaciones. Así probamos cosas deliciosas y vimos como los colombianos preparan sus arepas.

Ya nos hemos acostumbrado a desayunar granola (siempre buscamos la que tiene menos azucares añadidos – casi imposible en Latinoamérica), fruta deliciosa y leche. Al inicio del viaje comimos yogur, pero como no existe yogur natural sin azúcar nos conformamos con leche.

Hemos decidido de hablar el castellano entre nosotros dos para no excluirnos de los locales, es así como se nos acerca más la gente y nos podemos sumergir más a nuestro español amado. Nos gusta mucho y el plan es seguir así por el resto del viaje y tal vez también después (dependiendo un poco del lugar donde vamos a vivir).

Estoy aprendiendo a viajar con más calma y el sentimiento de «lo quiero vivir todo» ya no me afecta tanto como al inicio. No hacemos todas las excursiones posibles y no dejamos que otros viajeros nos estresen con todas las cosas hermosas que han conocido. Si viajas tanto tiempo no se puede hacer todo como en un viaje de 3 semanas. Disfrutamos mucho y estamos muy agradecidos por esta posibilidad increíble.

Nos encanta hablar con familia y amigos vía Skype. Extrañamos mucho a ustedes y a mí me hace falta especialmente el pan integral y los productos de tofu en Alemania, Leo por su cuenta extraña un buen queso y pedir comida a domicilio en un día de pijama…¡aparte de eso estamos muy contentos y listos para los próximos once meses!

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