Con Cristina, una española de nuestro hostal, voy a una excursión a la montaña arco iris que está cerca de Cusco. Leo no se siente todavía listo para subir a esas alturas caminando, por lo que se queda en el hostal para descansar.

A las 4:30 de la mañana nos recogen y dormimos hasta llegar al pueblo donde nos sirven el desayuno. Desde ahí vamos al punto de partida para la caminata que está a una altura de 4.600 metros. Ya notamos la altura. Delante de nosotras se extiende un paisaje impresionante de montañas nevadas con el mirador al final que está en 5.100 metros y del cual hay la mejor vista sobre la montaña arco iris, que tiene sus colores por los minerales oxidados de cobre, hierro, azufre, etc. El sol brilla y inhalamos la agua florida, un alcohol que te abre los pulmones y ayuda para sobrevivir los últimos metros hasta el mirador. Hay mucha gente que sube en caballo, pero somos demasiado orgullosas para eso.

Sobre todo los últimos metros son duros – nos duelen la cabeza y los pulmones. En el punto más arriba no nos dejan quedarnos más tiempo que 40 minutos – no hay suficiente oxígeno aquí. La nieve se derrite bajo el sol y la vista es realmente hermosa.

Tenemos suerte y podemos ver todos los colores que realmente son como en las fotos, como un arco iris. Desafortunadamente no somos las únicas, aquí hay muchísimos turistas, pero así conocemos a gente linda de España y Argentina con la que platicamos al volver al punto de salida pasando por el paisaje cambiado que ahora está verde.

¡Definitivamente valió la pena!