Montevideo – una ciudad fantasma
Es el primero de mayo de 2019 y llegamos a salvo a la ciudad de Montevideo, tomamos un taxi y encontramos un hotel bastante caro pero con buena ubicación, cama matrimonial (¡yeah!) y baño privado (¡doble yeah!) – después de 1.5 meses en literas y dormitorios es realmente un lujo. Tenemos hambre, caminamos a la plaza de la constitución (en plena ciudad vieja) y la plaza está vacía. Hasta Mc Donald’s está cerrado, ni un alma está en la calle. Tenemos que pedir comida al hotel porque no somos capaces de encontrar un lugar abierto.
Montevideo nos gusta mucho, pero la ciudad, sobre todo el casco viejo, nos parece bastante desierto. Hasta el viernes por la noche quedan vacías las sillas de los muchos restaurantes. Un vacío absoluto domina las zonas peatonales, el malecón…-¡nos sorprende mucho!
Llueve durante nuestro tiempo en Montevideo y disfrutamos de unos días calmados – tampoco es que haya tantas cosas que hacer. Disfrutamos de películas y de la tranquilidad después de los días de turismo. Por eso ven aquí sólo unas fotos que tomé con el teléfono, no llevamos nunca la cámara.
El último día hay sol y nos rentamos unas bicis para dar un paseo a la orilla del mar y llegar a las partes nuevas de la ciudad. El sol brilla y el viento sopla nuestros pensamientos – el paseo con vistas al mar nos hace muy bien y nos recuerda todo un poco a Gijón en España. Tomamos chocolate caliente en el café Rheingold y jugamos a las cartas.
Todo aquí es muy caro y salir a comer (si no es Subway) duele. Por lo menos nos descuentan el IVA de 18% en comida por tener una tarjeta extranjera – ¡que amable!
Los uruguayos son más tranquilos que los argentinos, el vaso del mate está prendido a sus manos y el pequeño país tiene que importar todo, ya que no producen nada ellos mismos (lo que explica los precios). La mitad de la población uruguaya vive en la capital Montevideo que es la única ciudad realmente grande. Aparte hay muchas vacas, agricultura y una bonita costa que no vamos a ver por el clima y la temporada baja.
Nos subimos al bus nocturno en dirección al norte. Nuestro tiempo en América latina se está acabando…