Saibaidi desde Don Det
El minivan nos recoge temprano y nos lleva a una pequeña ciudad por el camino donde nos hacen esperar dos horas. Por suerte conocemos a Craig, un australiano y viajero como Dios manda. Estuvo ya muchas veces en Laos y tiene muy buenas recomendaciones. Así el tiempo de espera pasa rápidamente.
En la frontera el funcionario camboyano nos pide dos dólares para el sello de salida. Craig pide un recibo y el tío ya no insiste en su dinero negro. Con los laosianos no funciona. Pagamos el precio del visado y de nuevo nos quieren quitar dos dólares para el sello de entrada. Pedimos un recibo oficial que no nos quieren dar y se quedan con nuestros pasaportes. Nos hacen esperar, pero hasta que llegue el minivan que nos lleva a Don Det tenemos tiempo.
Al final pagamos el dinero negro porque el bus no nos hubiera esperado. Nos despedimos de Craig quien se va un poco más lejos y un barco nos lleva hasta la isla de Don Det donde rápidamente olvidamos este viaje intensivo. La región de las 4.000 islas tiene su propio encanto y disfrutamos mucho de la vida insular. Vivimos en pequeños bungalós por poco dinero, tomamos cada día unos batidos de coco deliciosos y conocemos la vida rural del Mekong.
Desafortunadamente llueve muchas veces por lo que no nos alejamos mucho de nuestro hostal y perdemos los días. Don Det no es una isla grande – se puede dar toda la vuelta en 2 horas a pie y observar a la gente trabajando en los campos de arroz muy verdes. Búfalos se bañan en el lodo de un charco, los niños juegan en el lodo y las pequeñas plantas de arroz se cosechan para sembrarlas con mas espacio entra ellas para que sean grandes y fuertes.
Rentamos bicis y vamos a la isla vecina para visitar una bonita cascada. La bici de Chin Yun se rompe por el camino, pero somos capaces de arreglarla para no tener que caminar todo el camino de vuelta bajo el sol implacable.
La gente de aquí tiene una vida simple, los niños no suelen ir a la escuela porque tienen que ayudar en el campo. En Don Det hay muchos turistas y por lo tanto muchas agencias de tours y restaurantes. Esta parte de la isla no es tan auténtica, pero como estamos en temporada baja no hay tanta gente y podemos descansar y disfrutar de unos hermosos atardeceres sobre el Mekong a solas.