Jodhpur en azul índigo
Después de unas horas en el Taj Mahal vamos a un lindo restaurante para cenar muy rico. De noche nos subimos al próximo tren nocturno dirección a Jodhpur. Hace un frío tremendo porque dormimos cerca de las puertas abiertas y el viento nos congela. Aún así, llegamos a Jodhpur descansados y el sol de la mañana nos calienta los cuerpos.
¡Jodhpur me encanta de golpe! Aquí uno se puede perder en los callejones y no es tan caótico y ruidoso como en otros sitios de la India. El casco histórico es hermoso con todos los callejones y las casas pintadas de color índigo. La fortaleza domina la ciudad y parece haber crecido desde las rocas.
En las calles de Jodhpur es muy fácil apreciar la vida cotidiana de la gente una vez que te alejas un poco de los sitios turísticos.
Deambulamos y disfrutamos de la tranquilidad en nuestro bar favorito, el café Namaste, en el que Leo ya hace tres años se relajó. Aquí todos los bares y restaurantes tienen azoteas, por lo tanto cada atardecer es un verdadero espectáculo.
Aquí no pasa mucho pero una aventura sí vivimos. Leo se atreve a entrar en una peluquería (yo ya no voy, porque lo odio) y nos reímos mucho. El viejito que lo atiende no habla muy bien inglés, pero parece haber entendido más o menos lo que Leo quiere. Al final todo sale bien y el peinado raro ya no se ve tan horrible tras mis órdenes estrictas. Después del afeitado toca el masaje facial indio. El señor le pone crema en la cara, ¡y vamos con todo! Con movimientos bastante toscos el señor masajea a fondo la cara, la espalda y la nuca de Leo, que acaba con crema en los ojos y pelitos por todas partes. No fue muy relajante pero interesante.
El próximo día visitamos la fortaleza y caminamos por el caminito hacia arriba. Los edificios en estilo mogol, la arquitectura indo-islámica que también se usó en el Taj Mahal, son realmente magníficos y gozamos de los guías de audio muy bien hechos al recorrer y descubrir el palacio.
Nuestra próxima parada es Jaisalmer y el desierto Thar que se encuentra en dirección a la frontera con Paquistán. ¡Irémos de safari!