Así que ésto es México. Es un mantra que repito y repito cada vez que veo algo nuevo, inesperado o espéctacular. Así que ésto es México. Tenía esa imagen de México en la cabeza antes de llegar. Un cliché que era una mezcla de las historias de Jana con escenas de película o informes de televisión. Claro que esa imagen cambió bastante pero no era necesariamente incorrecta.
Vale la pena un viaje a México. Hay que meterse en mercados demasiado estrechos, intentar pasar puestos en la calle que venden mazorcas de maíz, perritos calientes o trozos salchicha frita con papas. El caos permanente, o por lo menos eso parece, en realidad es encantador y a veces uno tiene la sensación de estar en la India.

Y es entonces cuando te encuentras con las peculiaridades del país. Por ejemplo la inmensa densidad de tiendas Telcel, el operador móvil más grande del país. Esas tiendas están una al lado de la otra, o una en frente de la otra, o por lo menos hay dos en cada manzana, o cuadra. Sin embargo, te puede pasar que entres en una tienda para recargar tu tarjeta SIM y te digan que no pueden hacerlo porque “no vendemos recargas”. ¿Qué? Pues que lo intentemos en la farmacia de frente. Las farmacias – mi cadena de farmacias favorita son las Farmacias Similares que venden Lo mismo, pero más barato – de hecho venden recargas y también patatas fritas y Coca Cola. Los medicamentos parecen ser más bien casualidad.

Esas peculiaridades a veces son frustrantes, pero normalmente encantadoras. Me gusta que las tiendas pinten sus horarios de apertura con pintura en la pared. También buscan empleados de la misma manera: Simplemente pintan en la pared que se solicita empleado/a.

Solo en México es posible que cierren parte de un parking subterráneo para hacer una fiesta familiar.

Hemos visto muchas cosas y nos quedan muchas más por ver. Ya tengo muchas ganas de volver a este país hermoso en el que uno tiene que contar con que su postre será picante.