Salsa en Cali
Pasamos unos días relajados en la capital de la salsa: ¡Cali!
Estamos muy a gusto en nuestro hostal y no hacemos mucho. Cada día tenemos una clase de salsa con nuestro profesor Camilo, quien nos enseña la rápida salsa caleña. Empezamos con los pasos básicos y con cada clase mejoramos (en las noches practicamos en el hostal). Al final somos capaces de bailar una canción completa con vueltas y unos pasos chidos – ¡Estamos bastante orgullosos!
Muchos turistas que vienen aquí se quedan bastante tiempo para aprender salsa durante el día y bailar por las noches. Así pasan sus días aquí en Cali. Hay muchas escuelas de baile y aún más discotecas a donde ir por las noches. Salgo con un grupo del hostal a bailar y estoy fascinada. ¡Aquí la gente baila como en las películas! Hombres que bailan el rol de la mujer mejor que muchas mujeres, mujeres que se tiran a los brazos de los hombres, las cadenas se mueven y se suda mucho. Entre el ritmo rápido de las salsas suena la bachata lenta que se baila abrazados. Estoy encantada con las ganas de bailar que hay por aquí – de alguna manera se transmite a la atmósfera de la ciudad.
El centro de Cali nos gusta mucho. Felipe a quien conocimos en Santa Marta y quien es de aquí nos enseña todo y damos una vuelta por el malecón, pasando por los gatos creados por diversos artistas, yendo hacia la calle donde venden los boletos de lotería. Pasamos por iglesias viejas entre los edificios modernos, unas de estilo gótico europeo, otras simples blancas con puertas muy pequeñas. La plaza principal está llena de plameras y desde arriba brilla el sol.
¡Estamos muy a gusto aquí! El ambiente, el clima y los muchos restaurantes de comida rica y barata que invitan a quedarse ahí para jugar una u otra partida de Escoba.