La nariz del diablo
El bus nos deja en Alausí y el único punto en el programa es el famoso tren de la nariz del diablo, una montaña en forma de una nariz torcida que queda cerca de Alausí y en la ruto de trenes entre Quito y Guayaquil. La mayor parte de esta ruta ya no está en uso. Sólo el recorrido por Alausí se está manteniendo para los turistas quienes vienen aquí en masas. Lo especial del tour es que el tren baja y sube las cuestas de la montaña en zigzag. Se frena de forma manual y el tren está revestido con madera y parece funcionar como desde antes.
El paisaje es maravilloso y los turistas aprietan sus narices y cámaras contra las ventanas. Hace calor y disfrutamos del aire fresco que entra por las ventanas abiertas y de las vistas hermosas.
El recorrido tal como anunciado lleva 2,5 horas pero nos tenemos que dar cuenta de que no estás todo el tiempo dentro del tren pasando por el paisaje – ¡no! Hay dos paradas por el camino. La primera en un mirador del que se aprecia una vista impresionante de la nariz verde. Paramos por segunda vez en una comunidad indígena. Sus miembros bailan para los turistas y enseñan su vida como era antes. Otro vez no es lo nuestro. Ahí pasamos una hora entera, la que usamos para jugar a las cartas y comer los sandwichs de la abuela. La vuelta de nuevo es hermosa y el sol brilla.
Aquí sólo hemos hecho una parada para hacer el recorrido en tren y después seguimos el viaje a Cuenca y hacía el sur.