Experiencias fronterizas

Si uno confía en lo que dice un empleado de una terminal de buses…A las 8 de la mañana empezamos nuestro viaje a Piura en Perú desde Cuenca. Hasta que llegamos a nuestro destino pasan 15 horas muy lentas. Aquí les va un pequeño informe sobre viajes largos en bus y la frontera entre Ecuador y Perú.

La terminal está muy llena de gente (es el fin de semana de carnaval y todos disfrutan de los festivos) cuando empezamos el trayecto a nuestro primer destino Huaquillas, una pequeña ciudad fronteriza en el sur del Ecuador. Después de 5 horas relajadas pasando por paisajes increíbles llegamos un poco hechos polvo en el lugarcito. Nos deshacemos del primer taxista quien nos empieza a hablar directamente al salir del bus y preguntamos de donde salen los buses (que según nuestro empleado de la terminal de Cuenca salen muy a menudo) y nos mandan con otra compañía. O los buses ya están llenos o la gente no nos puede ayudar y sudamos como locos por el calor tremendo que hace por aquí.

Sin saber muy bien que hacer vamos caminando unas cuadras hacía la frontera que pasa por el medio de la ciudad. En todas calles del centro hay mercado, no sabemos si es un estado permanente y la verdad nos da muy igual. No se puede disfrutar nada con mochilas pesadas y sudor por todas partes. Decepcionados averiguamos que la frontera es un puente y nada mas. No hay inmigración aquí. Por suerte encontramos un taxista quien nos explica que hay que ir a la oficina fronteriza que está a 8 kilómetros para llevarse sus sellos de entrada/salida.

Él nos lleva, el viento nos da en la cara por la ventana y nos refrescamos un poco antes de meternos a la agencia binacional que se ocupa del control de salida del Ecuador y la entrada al Perú. Que «suerte» que todo se puede hacer en un mismo lugar.

Esperamos una hora en una fila larga, moviéndonos de un aire condicionado al próximo (de nada sirven con tanta gente), abanicándonos y odiando todo hasta que nos den el sello de salida. Ahí nos dicen que hay que hacer otra vez una fila para la entrada al Perú. Terribles 1.5 horas después nos toman una foto y tenemos nuestros 90 días oficiales para estar en Perú en el pasaporte. Nuestro taxista nos espera todo ese tiempo y nos lleva a nuestra primera parada en Tumbes. Huele feo, todo está muy polvoriento y el sol brilla impecablemente. Todavía no hemos comido y desaparecen nuestras ganas de viajar.

Según nuestro informante de Cuenca se necesitan 3 horas para llegar a Piura – ¡oh, se equivocó otra vez!

Después de un bocadillo de tortilla que nos salva la vida nos vamos con 18 personas más apretados en un van 6 horas hasta nuestro destino final. Pasamos por playas bastante bonitas. Leo tiene la suerte de poder leer en este trayecto – yo escucho mis podcasts, miro hacia a fuera y cuento las horas.

A las 10 de la noche llegamos finalmente a Piura. Todo está pegajoso y todo nos duele – ¡pero lo logramos!

Lo que aprendimos de este viaje magnífico: Confía más en Google y tu sentido común que en un empleado de una compañía de buses.

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