Shenzhen: nuestro primer día en la China continental

Los boletos del tren y los hostales están ya reservados, tenemos una pegatina en nuestros pasaportes que nos permite entrar una vez a China y vamos con muchas ganas de descubrir la «verdadera China». En Hong Kong ya hemos vivido nuestras primeras experiencias, ¡pero ahora empieza la aventura!

Estamos sentados en la estación de trenes high-tech de Hong Kong y obviamente llegamos demasiado temprano. Para despedirnos de nuestro querido Hong Kong tomamos un café y un té helado. Al entrar a la estación, nos miran los boletos y pasaportes, después pasamos por un control de seguridad y ya viene la «frontera». Como no se necesita un visado para HK, esta parte pasa muy rápido… unos metros después empieza la China continental y es la frontera más interesante hasta ahora. Nos piden las cinco huellas dactilares y hay que rellenar un formulario antes de pasar con la funcionaria. Ahí te toman una foto y no la señora sino una máquina te da las instrucciones en alemán (a base de tu pasaporte). ¡Algo así de moderno no hay en Latinoamérica!

15 min antes de la salida de nuestro tren escuchamos el aviso que está listo para el check-in. Otra vez hay que pasar el boleto por una máquina. En el andén, ya nos espera el tren que sale muy puntual. Cada boleto tiene reserva obligatoria de un asiento (en Alemania no se hace), lo que facilita la búsqueda de asientos. Después de 20 minutos, llegamos a Shenzhen. Nos bajamos del tren y lo primero que queremos hacer es retirar dinero y comer algo. Una señora nos ve las caras de perdidos y nos habla en un inglés perfecto. Nos lleva hasta el banco y nos indica donde podemos ir a comer.

En el restaurante ya no hay traducciones al inglés en el menú. Pedimos con nuestro traductor del celular, que apartir de ahora sólo funciona con VPN, y la comida es deliciosa. Empieza a llover fuerte y parece que me veo mal preparada con mi chaqueta impermeable – el camarero me regala un paraguas. Como pueden ver, tenemos unas muy buenas primeras impresiones del país.

Shenzhen: nuestro primer día en la China continental

Moverse por la ciudad en metro es bastante fácil y también encontramos el hostal sin mayores problemas. En la recepción, nos comunicamos con la aplicación (la chica dice la frase en chino, el teléfono nos la dice en inglés y al revés). Para que el traductor y el mapa del celular funcionen mejor, compramos – como solemos hacer – una tarjeta SIM local. ¡En China es un reto! Pasamos una eternidad con la chica de la tienda de móviles que hasta cambia el idioma de mi teléfono al chino y teclea como loca en la pequeña pantalla. No sabemos que fue lo que le duró tanto, pero al final funcionó.

Shenzhen: nuestro primer día en la China continental

Nuestra guía turística propone conocer un barrio de artistas con cafés modernos al que vamos para hacer un poquito de turismo. Hace tanto calor como en Hong Kong, pero aquí hay muchos mosquitos. Los cafés resultan ser muy caros y el arte algo raro por lo que damos una vuelta pequeña y decidimos regresar a nuestro barrio para buscar algo económico para cenar.

Shenzhen: nuestro primer día en la China continental

Encontramos un restaurante muy pequeño con barbacoa de mesa. De nuevo luchamos con la letra china y pedimos vegetales con tofu y arroz – otra vez la comida es muy fresca y rica. Las camareras son muy lindas y nos ayudan como pueden. La gente nos mira de soslayo – los niños lo hacen con menos vergüenza – suponemos que nunca en su vida han visto a una persona del oeste.

En resumen: Hemos tenido un buen inicio de nuestro viaje por China con gente muy linda, deliciosa comida y estamos ansiosos por descubrir muchos más lugares y conocer a este país tan diferente.

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