La ciudad prohibida de Vietnam en Hué

Dormimos muy bien en el tren aunque habíamos comprado boletos para asientos en lugar de camas. ¡Damos las gracias a la máscara de dormir y los tapones para los oídos! Llegamos dos horas más tarde que planeado y el sol brilla sin piedad cuando vamos caminando a nuestro home stay. En Vietnam es muy común ofrecer su casa a turistas. Abajo vive la familia y en los muchos cuartos viven los turistas como en un hotel familiar.

A la vuelta hay lindos cafés y restaurantes. Nos relajamos durante el resto del día con café, té y nuestro aire acondicionado. Por la tarde vamos a un restaurante vegetariano y comemos un hot pot.

La ciudad prohibida de Vietnam en Hué

Aprendemos de nuestros errores y nos levantamos muy temprano para conocer la ciudad imperial de Hué que hasta los años 40 fue la sede del emperador vietnamita de la dinastía Nguyen. El complejo está rodeado por murallas y fosos con miles de nenúfares. No está en el mejor estado en comparación con la ciudad prohibida de Beijing porque muchos edificios fueron destruídos en las diversas guerras, así que vemos muchos trabajadores por toda la zona que reconstruyen el complejo.

Nos encontramos de nuevo con grandes grupos de turistas, suponemos que son de Vietnam. Además vemos el estacionamiento de los guardías justo antes de que abren las puertas al público.

Nos encanta la ciudad imperial porque no hay tanta gente como en Beijing y la degradación de los edificios tiene cierto encanto. Nos perdemos entre los templos, portales, jardines, pabellones de lectura, teatros, pistas de tenis, los alojamientos de la madre del emperador y la ciudad prohibida morada que es el núcleo del complejo. Aquí vivió el emperador con sus concubinas. Nuestro Lonely Planet tiene muy buenas explicaciones, así es muy bonito conocer todo por propia cuenta.

Hacemos el check out justo cuando empiezan las horas calurosas en Hué. Comemos comida típica de aquí por 20.000 Dong por persona (menos que un euro). Cinco pequeños platos se sirven con arroz y todo se ve muy lindo y está muy rico. El restaurante ya no tiene comida por ahí de las 12 porque es tan popular.

Por la tarde nos subimos otra vez a un tren para ir a Danang donde nos esperan playas y mar.

Leave a Comment