En Hoi An encontramos un lindo Home Stay donde nos sentimos muy en casa y tenemos la ciudad vieja muy cerca (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO). Hace un calor tremendo aquí y solo se puede salir de la habitación con aire acondicionado temprano por la mañana o tarde cuando está atardeciendo.

Aquí descansamos, tomamos Matcha lattes, tés y café vietnamita que le encanta a Leo. La ciudad es muy turística y la cantidad de turistas de todo el mundo es impresionante. Con tantos turistas no faltan ofertas como masajes, motos, bicis, lavanderías y lo que es típico aquí son los muchos sastres que te hacen ropa a medida muy barata. Aquí reemplazo mi falda larga y negra que me encanta pero que ya tiene muchos agujeros.

Nos encontramos con Rosa para tomar un café, comer unos Banh Mis (el sandwich vietnamita que suele ser lo más barato que se puede conseguir) y vamos al mercado local para tomar unos licuados de fruta deliciosos.

La ciudad tiene su encanto sobre todo de noche. Hay lampiones colgados por todas partes, barquitos llevan a los turistas por el río y mujeres venden lanchitas de papel con velas dentro que van deslizándose por el río ensuciándolo mucho. Aquí simplemente te dejas llevar y disfrutas. Hay muchas casas y templos viejos de otros tiempos pero no queríamos gastar el dinero para las entradas. Aquí se sabe muy bien como ganar dinero con el turismo, pero regateamos por todo y aún así nos gusta mucho: