¡Hola amigos y familia! ¿Siguen ahí? Esta es la entrada número 95 y esperamos que estén muy bien y que todavía tengan ganas de leer nuestros artículos 🙂 Bueno, aquí les va la entrada sobre nuestro tiempo en Vientiane:

Después de haber estado tanto tiempo en el sur del país nos llama el norte. Hacemos una parada de una noche en Pakse, una ciudad pequeña y tranquila que no está muy lejos de las 4.000 islas. Ahí hay una preciosa ruta que se hace en moto – Chin Yun se atreve y la alcanzamos unos días después sólo para decidir no hacerlo por las fuertes lluvias que nos tocan casí todos los días. Leo trabaja durante el día y en la noche ya tomamos el bus nocturno a Vientiane.

Es un bus de dos pisos y tiene camas dobles en lugar de asientos. Si doblas las rodillas también es cómodo siendo europeo. Que suerte que viajamos en pareja – a la gente que viaja sola le toca compartir la cama con alguien del mismo sexo.

Damos una vuelta por la capital y encontramos un hostal decente. Los precios por noche aquí son mas elevados que en el resto del país – tal vez porque Vientiane no es la ciudad mas turística y no hay tantos hostales baratos. Aún así nos gusta mucho. Los franceses dejaron sus huellas y se pueden conseguir unos cruasanes deliciosos para el desayuno, puedes recorrer toda la ciudad en bici y hay muchos restaurantes bonitos. Aún así es un poco difícil encontrar comida típica laosiana (estamos observando que hay cada vez más restaurantes indios). Pero al final sí encontramos un sitio con sticky rice y tofu con vegetales para probar.

Rentamos bicis para todos los días que estamos en Vientiane y disfrutamos de la movilidad. Vamos al enorme mercado donde se venden todo tipo de textiles y encontramos unos batidos de fruta deliciosos. De nuevo hace mucho calor o llueve – parece ser nuestro hechizo laosiano.

Quedamos de nuevo con Chin Yun y hacemos un tour con las bicis. Visitamos el templo Sisaket, el más viejo de la ciudad, nos impresionan las embajadas de Francia, Estados Unidos y Brunéi, nos subimos a Patuxay, el Arco de Triunfo de Vientiane y vamos a lo largo de las avenidas hasta el icónico templo de That Luang que vale mucho la pena visitar:

Como puede empezar a llover en cualquier momento dejamos la cámara en el hostal. Por eso solamente les podemos compartir unas fotos de mi teléfono – me lo tendrán que perdonar.

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