Al caminar por las calles de Chiang Mai el elefante cruza tu camino muchas veces. En cojines, postales, ropa, imanes o llaveros – todos los souvenirs de aquí tienen algo que ver con este lindo y gigante animal.

La razón por la que es así son los muchos santuarios de elefantes que hay por la zona de Chiang Mai. Ahí los viajeros pueden interactuar con los elefantes de diferentes maneras. Obviamente, también nosotros queremos acercarnos a estos animales fascinantes. Estuvimos leyendo sobre como mejor tratar a los elefantes y si turistas los montan o se bañan con ellos significa mucho estrés y dolor.

Habíamos escuchado del Elephant Nature Park ya en Camboya donde encontramos proyectos parecidos pero que no nos satisfacían éticamente. Al final decidimos conocer a paquidermos aquí en Tailandia y pasar un día en el parque. Aquí viven unos 50 elefantes salvados y también hay muchos perros, gatos, búfalos, hasta hemos visto a gallinas y cabras – aquí se salva todo animal que necesita ayuda.

Nos recogen en Chiang Mai y vamos al parque que se encuentra a una hora de la ciudad. Los elefantes viven en un terreno vasto y se pueden mover libremente. Los que quieren acercarse a nosotros lo pueden hacer, pero aquí no fuerzan a ningún animal a que interactúe con los visitantes.

Nuestro guía Sai es muy lindo y nos cuenta las historias de cada uno de los elefantes. Aquí se ve mucho sufrimiento y que diferencia marca el buen cuidado en la vida de un elefante. Les servimos el desayuno a dos damas al llegar – plátanos y sandía -, después vamos al terreno junto con Sai.

Vemos elefantes que pisaron minas terrestres durante su trabajo en el bosque con sus proprietarios anteriores, elefantes ciegos que pidieron dinero junto a calles con tantos coches que las luces los cegaron. Hay elefantes que trabajaron con turistas siendo montados o que eran parte de un show de circo. Algunos tuvieron tan malas experiencias que se quedan lejos, otros son amables y el guía nos deja acercarnos.

Elefantes llegan a tener mas o menos la misma edad que los humanos y viven en grupos o familias. Aquí en el parque vemos muchas parejas de amigos. Dos viejitas se hacen companía durante su muy merecida jubilación.

Aquí también viven unos animales jóvenes que nacieron en el parque y hay un río donde se puede observar el baño y juego en el agua (si los elefantes tienen ganas, claro).

La comida es un gran bufete vegetariano para todos. Cuentan que ha habido visitantes que fueron a los pueblos cercanos para comprarse un pedazo de carne. ¡Sin comentarios! A nosotros nos gustó mucho.

Elefantes son tan grandes y dulces, no se lo pueden imaginar. Estamos encantados con los animales y muy agradecidos por proyectos como este donde les regalan una nueva vida a los animales. Aquí pueden comer todo el día (comen todo el tiempo y fácilmente una calabaza entera), jugar, bañarse y todo a su gusto y en un terreno bastante grande.