Hakha: La capital de provincia
Nos piden que estemos a las 6:30h de la mañana en la tiendita donde habíamos comprado los boletos del bus el día anterior. Dejamos atrás al «Holy Guesthouse» y a Falam y bajamos por la calle con las mochilas. Hay neblina y hace frío como todas las mañanas durante nuestra estancia aquí. Como el bus no llega vamos a un restaurante minúsculo para desayunar té y pan frito con estofado delicioso casi gratis. Estamos sentados en una mesa larga con los locales, nadie habla y todos parecen estar todavía igual de cansados como nosotros.
Hakha es la capital del estado Chin y la ciudad más grande de la región. Está ubicada a 1.800 metro sobre el nivel del mar y el camino hacia allá es bastante agotador. A veces ni es posible llegar hasta Hakha por desprendimientos de tierra, una de las razones porque ya varias veces se recomendó mover la capital a otro sitio para cuidar sus habitantes.
La ciudad rodea una de las montañas más altas de la zona en forma de una U y consiste en una sola calle principal donde el bus nos deja. Vamos en busca de un hotel y el segundo nos gusta. Hay agua caliente, internet que funciona y la familia que maneja el Shalom Hotel es muy linda y nos enseñan palabras en Lai, el idioma propio de Hakha.
Aquí hay más movimiento que en Falam y la ciudad también tiene el ambiente de una capital provinicial. Hay muchas tiendas con ropa y productos de plástico de todos los colores y muchos restaurantes donde ofrecen fideos fritos o arroz con vegetales. En la casa de té Mercy les enseñamos una foto de una taza de té a los camareros para pedir y señalamos con el dedo que quisieramos comer Shan Noodles como los otros huéspedes. La gente a nuestro alrededor nos mira como a extraterrestres.
También aquí visitamos un punto con vistas panorámicas para disfrutar de la altura. La neblina se sube mientras que estamos buscando las pequeñas escaleras escondidas para subir más rápidamente que por la calle principal. A nuestro alrededor vemos la vida cotidiana de la gente de aquí. Mamá, papá e hija lavan la ropa, mujeres cargan canastas gigantes con frutas o vegetales para venderlos en el centro, mujeres jóvenes están sentadas en su telar dentro de sus casas con las puertas abiertas y hombres sueldan y serran llevando chanclas.
Arriba todo está preparado para los turistas y hay varias oportunidades para sacarse unas fotos cursis. De todas maneras estamos solos aquí y podemos disfrutar de las lindas vistas con toda tranquilidad.
Una y otra vez acabamos en el Hakha Town Café donde no solo hay café sino también jugos frescos y chocolate caliente. En el momento que se va el sol todos los sitios cierran bastante rápidamente y la gente desaparece de las calles. Así que nosotros adaptamos nuestro ritmo al ritmo de los locales. Por la mañana nos despiertan las oraciones de la familia del hotel y desayunamos fruta. Damos una vuelta, comemos nuestros Shan Noodles a las 11:30 y la cama nos llama bastante temprano (por ahí de las 9) después de una cena ligera. Aunque oficialmente no se toma alcohol en el estado Chin (no está prohibido por ley, pero las iglesias tienen sus maneras) los sitios con el logo del león loco siempre están llenos de hombres tomando cerveza.
Aquí pasamos cuatro días antes de volver a Kalay e irnos hacia la frontera con la India. Nuestro visado vence pronto y entonces tendremos que despedirnos de nuestro querido Myanmar.