Darjeeling: de Té y Montañas
Dormimos bastante bien en el tren nocturno y llegamos a Siliguri por la mañana. Para ir a Darjeeling hay que tomar de nuevo uno de esos famosos 4×4 llenos de gente. ¡Pero antes desayunamos! Encontramos Puri Sabji en un puesto pequeño que acompañamos con un té caliente.
Poco después estamos sentados en un 4×4 entre unos señores mayores con los que hablamos un poco. De repente los pasajeros empiezan a discutir en hindi con el conductor. Parece que no quieren pagar de antemano sino después del trayecto. El conductor nos pide que nos bajemos: «este 4×4 no va a ningún sitio». Preguntamos a los señores como irán a Darjeeling y nos invitan a venir con ellos. Se suben a un tuk-tuk y me digo que no será posible que quepamos todos. Con tetris indio cabemos los 3 señores, nosotros y todas las maletas en un simple tuk-tuk. ¡Aquí todo es posible! Vamos a otro punto de recogida y nos subimos a otro 4×4.
Aunque también este conductor pide el dinero de antemano, nadie se queja. Supongo que malentendimos algo.
Nos vamos y pasamos por plantaciones de té – las plantas se parecen a brócoli gigante -, por campos militares de entrenamiento y después el camino sube. Siliguri no es muy alto y Darjeeling se encuentra a unos 2.000 metros sobre el mar. Estos metros de altura se notan en cada curva que corta el conductor. Aplastados entre los locales y con mareo vamos subiendo hasta Darjeeling.
Estoy mareada y Leo ya no puede sentir sus piernas. Al llegar, estamos agotados, pero lo logramos. Hace mucho frío (12°), no estamos para nada acostumbrados a esto. Es una de las razones por las que a Leo no le gusta mucho la ciudad. Aunque haya agua caliente en nuestro Airbnb, sufrimos mucho y solo es agradable estar bajo la manta y en cama. Aquí obviamente no hay calefacción.
Si buscas a Darjeeling en todos los blogs de viaje que hay, encuentras fotos increíbles con vistas preciosas. Desde aquí en un día claro puedes ver el himalaya y el Mount Everest. Desafortunadamente, tenemos muy mala suerte durante nuestro tiempo aquí y solo vemos neblina y smog. Por eso muchas actividades no son posibles porque incluyen vistas panorámicas.
En la ciudad hay muchos mercados y miles de turistas indios vienen aquí. El turismo local nunca nos molesta mucho y disfrutamos de las chaquetas de todos los colores y de los calcetines gruesos con el dedo del pie grande aparte – así se pueden usar con chanclas.
Constantemente pasamos frío por lo que tomamos mucho té delicioso y café. Observamos las antiguas residencias de verano de los ingleses y deambulamos por las calles que están como los chorros del oro.
Aparte también visitamos el zoo donde se pueden ver de cerca muchos animales que viven en campos tan altos como el himalaya: irbis, tigres bengalíes, pumas. A mí me encantan los pequeños pandas rojos.
Aquí también hay un campo de entrenamiento para la gente que planea subirse a las montañas altas de este mundo. Desde Darjeeling se puede viajar a Sikkim y Nepal para estar en las montañas.
Nosotros sin embargo no nos subimos más sino volvemos a bajar. Por suerte hay una alternativa a los 4×4 que nos encanta: el Darjeeling Heritage Train que serpentea un día entero hasta llegar al valle. Está en uso desde 1881 y pertenece al patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO. Estamos sentados muy cómodos en nuestros asientos en el último vagón y disfrutamos de las vistas y de los paisajes. Como en Alausí en Ecuador, el tren tiene que superar muchos metros de altura, lo que consigue con sus curvas zigzag. Hay muchas casitas en donde esperan hombres que ajustan las agujas dos veces al día.
Es un final perfecto a nuestra estancia aquí. A los que quieran ver el himalaya sin embargo no les recomendamos Darjeeling. Vayan directamente a Sikkim o Nepal.