Después de diversos retrasos por sobreventa y escalas llegamos muertos a la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia. El clima aquí es caliente y húmedo y después del tiempo agradable de Antigua sudamos instantáneamente.

Aquí pasamos unos días hermosos en el casco viejo soñador (al menos de día) con sus chulas casas de muchos colores y sus numerosas iglesias. Caminando sobre la muralla se puede apreciar toda la parte vieja (dado que uno se atreve con el calor que hace aquí).

La mayoría de los turistas se van de excursión a unas de las aparentemente muy bonitas playas, pero nosotros después de las impresiones caribeños de Belice y México decidimos de disfrutar de la ciudad sobre todo por las tardes. Es importante decir que la ciudad de Cartagena es muy pobre y peligrosa, así que también nosotros nos movemos en nuestra bonita burbuja turista. El real centro de la ciudad no lo conocemos, es demasiado pobre y peligroso.

Nos damos cuenta de que tenemos que ahorrar un poco más y así disfrutamos de deliciosos menús del día y cenamos en los puestos de la calle. De esta manera probamos las típicas arepas, empanadas grasientas rellenas de queso, huevo o carne molida etc. o mordisqueamos un mango fresco ya cortado para nosotros. Si hace demasiado calor comemos un Raspao (Raspado), un cubo de hielo enorme del que se rasca de manera muy tradicional el hielo para después servirlo con diferentes sabores muy dulces.

Descubrimos museos de artes y vemos una práctica general de un cabaret colombiano con baile y canto y vemos un espectáculo de baile al aire libre con la puesta del sol al fondo – ¡nos quedamos impresionados!

Cartagena es una ciudad de mar y tiene una parte nueva bastante impresionante. Caminamos ahí para nadar en una de sus playas con los colombianos – tiene mucho que disfruté de olas así de grandes.

Después del atardecer nos apretamos entre familias con hijos para disfrutar de las muchas luces preciosas, de la música en vivo y de la ‘frescura’ de la noche. En todas las plazas brillan luces en forma de velero o avión, toda la muralla de la parte vieja está llena de luces y por todos lados encontramos enormes arboles de navidad con mariposas brillantes, el símbolo creado por el famoso Gabriel García Marquez en su novela Cien años de soledad.

Por primera vez surge en nosotros algo como un ambiente navideño. A los colombianos les encanta. Aquí encontramos muchos coches con la nariz roja de Rudolf y la gente lleva diademas con barras de azúcar, Santa Claus o copos de nieve. En el parque suenan canciones de navidad, en los puestos de comida colocaron nieve de algodón y todo eso a absurdas temperaturas. Nos gusta y al mismo tiempo es algo raro para nosotros. 

Aquí pasamos unos cuatro días antes de navidad que vamos a pasar en el norte en Santa Marta y sus alrededores espectaculares.