Nuestro primer choque cultural en La Paz

Después de una Copacabana muy turística llegamos por fin a La Paz, buscamos un Hostel en el camino al centro y damos una primera vuelta. Mientras que en Copacaban todo iba muy tranquilo, aquí estamos sobrecogidos por el caos de la ciudad. Las calles y plazas están repletas de gente, por todas partes vendedores ambulantes ofrecen sus mercancías, el tráfico consiste 100% de minivans, hace mucho ruido y es muy colorido. Todo eso tenemos que procesarlo antes de hacer otra cosa y notamos que hasta ahora no tuvimos ningún choque cultural. Aquí todo es tan diferente y original, es muy loco.

Nuestro primer choque cultural en La Paz
cordones // Schnürsenkel

En contra de nuestros conocimientos, La Paz no es la capital de Bolivia. Es cierto que el presidente reside aquí, pero la capital constitucional es Sucre. Como en Medellín, aquí hay un teleférico que conecta los barrios altos y pobres de la ciudad con el centro. Nos tropezamos con un mercado en uno de esos barrios, El Alto, donde no encontramos ningún turista y donde se puede comprar todo de calcetines a herramientas, comida y hasta apoyo espiritual (o, como dicen ellos: ispiretual).

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Aquí, la vida ocurre en la calle. No hay dinero, por lo tanto para nosotros, todo es barato. Nos lo pasamos bien con comida en la calle y en la plaza principal hay un montón de personas escuchando a un animador que cuenta chistes verdes. Toda la plaza se parte de risa, se pone el sol y desde las calles de arriba uno tiene unas vistas maravillosas al contraste entre lo moderno y lo antiguo, a rascacielos y pequeñas casitas. La fisonomía de la ciudad es marcado por casas esqueléticas de ladrillos rojos, bonitos grafitis, cables caóticos en los postes y jallallas a Evo Morales, el actual presidente que está intentado ganar las elecciones para un cuarto período de legislatura (en Bolivia, según la constitución, solo están permitidos dos períodos de legislatura). Las opiniones acerca de Evo son muy diferentes. En los barrios pobres, hay carteles diciendo “Gracias Evo” por todas partes, mientras que muchos bolivianos a los que preguntamos lo ven más bien mal.

Intento expresar lo que hemos vivido aquí, pero creo que las fotos maravillosas que hemos sacado hablan por si mismas. Así podéis haceros una idea de lo que hemos sentido aquí. Bolivia no es un país para principiantes de Latinoamérica, pero tanta tradición, originalidad y autenticidad he visto muy raras veces. Aquí, literalmente, todo va en contra del sentido de las agujas del reloj.

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