El Lago del Oeste de Hangzhou
Hangzhou, eso dicen los hangzhoueses, es la ciudad más bonita de China. Como venimos de Fenghuang, tenemos nuestras dudas y quizá tampoco sea del todo verdad – pero tiene mucho encanto. El paisaje urbano está marcado por el Lago del Oeste, un gigantesco lago en el centro de la ciudad. La primera noche, ya tenemos tantas ganas de salir que damos una vuelta para cenar una cosita y conocer la ciudad. Yo como unos dumplings y Jana un cong you bing, básicamente una pizza china. La comida en la calle es muy barata, así que nos sale por un total de menos de 2€. Pero claro, también disfrutamos de otros platos típicos, el más popular (para nosotros) es la berenjena que en cualquier restaurante salen muy ricas. También probamos frutas que venden en la calle – tú compras la fruta y te la cortan en trocitos para que la puedas comer en camino. Como Jana está un poco enferma, nos alimentamos con muchas sopas de fideos instantáneos.
Pero bueno, no hablemos demasiado de comida. El Lago del Oeste es un bonito sitio para dar un paseo, el área es enorme y por lo tanto bastante tranquilo. Aquí nos pasamos una tarde completa jugando a la Escoba y otra rodeándolo para ver los sitios más turísticos. Al rededor del parque existen varios atractivos como una pagoda budista o caminos diseñados por poetas. Hay la posibilidad de visitar una de las islas en barco o dar la vuelta al lago en un bus tipo carro de golf eléctrico – sin embargo, justo cuando empieza a llover, esos minibuses dejan de trabajar o cobran el doble. De todos modos, el lago y el parque creado al rededor son preciosos donde mucha gente opta pasar sus tardes para pasear, dormir, jugar al Mahjong o charlar.
El otro atractivo de Hangzhou es la calle Qinghefang (o Qing He Fang o Hefang o Hefang Jie – ¡sabe dios!), una calle que aún conserva algunos edificios antiguos. Está llena de puestos de comida callejera y dulces, tiendas de souvenirs y chinos. Sobre todo chinos. Siempre tiene mucha marcha pero cobra vida durante las noches, cuando la iluminación de las tiendas y la cantidad de gente crean un ambiente especial. Nosotros disfrutamos de caminar de arriba a abajo, probando cositas por aquí y por allá.
Otra vez acabo con un artículo que tiene más fotos que texto – pero la verdad es que es muy difícil explicar China. Las ciudades son muy diferentes, están muy llenas y muchas veces no parecen tener núcleos como las ciudades europeas. Hangzhou es diferente, sí tiene un núcleo definido, además mucha vidilla y no parece demasiado artificial. Otras ciudades son demasiado modernas, parecen artificiales. Uno no se da cuenta porque hay tantos chinos caminando por las calles que todo siempre cobra vida, todo siempre parece tener encanto, pero es sobre todo por la gente, no por el lugar. Hangzhou tiene la gente, pero también lugares con encanto.